Sabado 23 de Agosto 2025
Cómo vivir la Ley
Lee para el estudio de esta semana:
Éxodo 21: 1–32; Éxodo 22: 16–23: 33; 2 Reyes 19: 35; Mateo 5: 38–48; Romanos 12: 19; Mateo 16: 27.
Versiculo Para memorizar:
«El Señor dijo a Moisés: “Así dirás a los israelitas: Ustedes han visto que les hablé desde el cielo. No hagan ningún dios de plata ni de oro para ponerlo junto a mí”» (Éxo. 20: 22, 23).
Dios deseaba que su pueblo fuera diferente de las naciones circundantes. Quería que se establecieran como una devota comunidad de fe que viviera bajo su liderazgo y autoridad. Todos estarían sujetos a su Ley. Los jueces debían ser nombrados administradores de la Ley, y los sacerdotes debían enseñarla. Los padres también desempeñaban un papel crucial.
En cualquier cultura, las leyes revelan los ideales, objetivos, intenciones y carácter de los legisladores. Por ejemplo, cuando el faraón ordenó matar a todos los bebés varones hebreos, esa ley puso de manifiesto que era una persona malvada. A diferencia de ello, si un rey promulgara una ley para que todos los jóvenes de su reino recibieran una educación superior gratuita, muchos la considerarían como una muestra de su generosidad y del deseo de que su país prospere.
La Ley de Dios es una revelación acerca de él, de su bondad, amor, valores, rectitud y oposición al mal. Puesto que la Ley es santa y justa, Dios también lo es. La Ley genera un ámbito propicio para una vida abundante y, si la obedecemos, nos pone a resguardo de peligros y calamidades. El respeto a Dios, a los demás y a los valores de la vida es la base del sistema legislativo divino.
Domingo 24 de Agosto 2025
El código del pacto:
Con la entrega de su Ley en el Sinaí, Dios sentó las bases para enseñar a su pueblo cómo vivir con santidad en conexión con él. Pero los principios de la Ley necesitaban ser aplicados en la vida cotidiana, por lo que Dios les dio leyes adicionales, el llamado «código del pacto». Era responsabilidad de los jueces velar para que esas ordenanzas fueran aplicadas correctamente.
«La mente de la gente, cegada y envilecida por la servidumbre y el paganismo, no estaba preparada para apreciar plenamente los abarcadores principios de los diez preceptos de Dios. Para que las obligaciones del Decálogo pudieran ser mejor comprendidas y ejecutadas, se añadieron otros preceptos, que ilustraban y aplicaban los principios de los Diez Mandamientos. Estas leyes se llamaron “derechos”, porque fueron trazadas con infinita sabiduría y equidad, y porque los magistrados habían de juzgar según ellas. A diferencia de los Diez Mandamientos, estos “derechos” fueron entregados en privado a Moisés, quien debía comunicarlos al pueblo» (Elena G. de White, Patriarcas y profetas, p. 282).
Lee Éxodo 21: 1 al 32. ¿Qué normas específicas promulgó Dios en relación con los esclavos hebreos, el homicidio y las lesiones corporales?
El código del pacto se encuentra registrado en varios capítulos (Éxo. 21: 1-23: 19). Todos estos reglamentos y leyes fueron promulgados para detener la avalancha del mal y construir una sociedad ordenada.
Las leyes acerca de la esclavitud eran especiales y no deben confundirse con la perversa práctica de la esclavitud moderna o medieval. Los esclavos hebreos eran protegidos y valorados. En las sociedades modernas y medievales, los siervos y los esclavos eran propiedad de sus dueños, quienes podían hacer con ellos lo que quisieran. A diferencia de ello, las leyes bíblicas regulaban la servidumbre de manera diferente, pues ella estaba limitada a seis años (Éxo. 21: 1, 2; Jer. 34: 8-22). En el séptimo año, los esclavos debían ser liberados a menos que quisieran permanecer al servicio de sus amos. Estos también debían permitir que sus siervos descansaran los sábados (Éxo. 20: 9, 10) y satisfacer sus necesidades básicas.
Aunque la perversa práctica de la esclavitud institucionalizada ha sido abolida en la mayor parte del mundo, ¿de qué maneras siguen existiendo algunos de sus rasgos distintivos? ¿Qué podemos hacer en nuestro propio y limitado ámbito para luchar contra esto?
Lunes 25 de Agosto 2025
Más leyes
En su misericordia, Dios instruyó a los jueces acerca de cómo debían tratar a las personas en diversas situaciones relacionadas con los derechos de propiedad. Se enumeran varios casos prácticos, indicando, por ejemplo, qué hacer si el toro de alguien atacaba al de un vecino, si la gente robaba un animal doméstico y lo vendía, si los animales pastaban en el campo o la viña de otro propietario, si un objeto prestado era robado, o si un animal alquilado sufría una herida o moría (Éxo. 21: 33-22: 15).
Lee Éxodo 22: 16 a 23: 9. ¿Qué asuntos se abordaron en estas leyes y de qué manera?
Las leyes de Dios incluían diferentes cuestiones. Había entre ellas ciertas normas específicas contra el menosprecio o la humillación de las personas. Dios no quería que existiera ningún tipo de explotación. En su misericordia, el Señor corrige las tendencias pecaminosas del corazón humano y refrena las inclinaciones naturales. La sociedad debía ser mantenida a salvo; el mal, eliminado; y las buenas relaciones interpersonales, cultivadas. La justicia y el amor deben regir todas las acciones.
Lee Éxodo 23: 10 al 19. ¿Qué asuntos importantes se tratan en este pasaje?
El sábado y las festividades religiosas tenían que ver con el culto y recordaban acontecimientos cruciales de la historia de la salvación. El culto estaba cuidadosamente regulado, pues era la base teológica de todas las demás actividades. El sábado fue establecido en la Creación (Gén. 2: 2, 3; Éxo. 20: 8-11), estaba relacionado con la liberación y la redención de Israel (Deut. 5: 12-15), y apunta de manera poderosa a la adoración a Dios como nuestro Creador, Redentor y Señor (Mar. 2: 27, 28).
Israel debía celebrar tres festividades religiosas principales cada año: (1) la Pascua, o Fiesta de los Panes sin Levadura, en primavera (normalmente entre mediados de marzo y mediados de abril); (2) el Pentecostés, o Fiesta de la cosecha o de las Semanas, con su inicio cincuenta días después de la anterior; y (3) la Fiesta de los Tabernáculos, de las Cabañas o de la Recolección, en otoño (normalmente entre mediados de septiembre y mediados de octubre; ver también Éxo. 34: 18-26; Lev. 23: 4-44; Núm. 28: 16-29: 40; Deut. 16: 1-16).
Martes 26 de Agosto 2025
El plan original de Dios
Lee Éxodo 23: 20 al 33. ¿Qué métodos quiso utilizar Dios para conquistar la Tierra Prometida?
La intención de Dios no era que los israelitas lucharan por su nuevo territorio, sino que este les sería otorgado. La Tierra Prometida había sido prometida a Abraham, Isaac y Jacob, y debería haber sido recibida por Israel como un regalo especial de Dios.
El modelo para la conquista de la Tierra Prometida se hizo patente durante el cruce del Mar Rojo. Dios luchó por su pueblo y le concedió la victoria total sobre quienes pretendían destruirlo (Éxo. 14: 13, 14). Los egipcios fueron derrotados porque el Señor intervino milagrosamente. Del mismo modo, en tiempos del rey asirio Senaquerib, Dios también derrotó al vasto ejército asirio, fuertemente equipado y bien entrenado, sin que los israelitas tuvieran que luchar. Dios les concedió la victoria porque el rey Ezequías creyó en la palabra de Dios que le fue comunicada por el profeta Isaías (2 Rey. 19: 35; Isa. 37: 36).
Dios informó a Abraham que la Tierra Prometida no sería entregada inmediatamente a su posteridad, sino recién al cabo de cuatrocientos años (Gén. 15: 13-16). ¿Por qué? La razón estaba relacionada con la maldad de los habitantes de Canaán. Dios estaba obrando misericordiosamente con ese pueblo y les concedió otro período de gracia para que se arrepintieran. Sin embargo, ellos continuaron en su rebelión contra Dios y sus valores, así que cuando la iniquidad de esas naciones alcanzó su clímax, Dios se dispuso a entregar su territorio a los hebreos como una nueva patria.
Además, Dios prometió que expulsaría a las naciones delante de Israel usando dos métodos inusuales pero muy efectivos: (1) infundiendo temor a las naciones malvadas, y (2) con avispas que ahuyentarían a la gente. Antes de que los israelitas llegaran al nuevo territorio, sus enemigos abandonarían el lugar y huirían de ellos (Éxo. 23: 27, 28).
El papel crucial en la conquista de la Tierra Prometida lo desempeña el Ángel de Dios. Este Mensajero era Cristo, quien guiaba a Israel y los protegía. Él era la columna de nube que los guiaba de día y la columna de fuego durante la noche. Israel debía prestarle mucha atención y escucharlo porque tenía autoridad divina (Éxo. 23: 21). La desobediencia a la voluntad de Dios y la incredulidad en su liderazgo solo dificultarían su avance.
¿Qué nos enseña acerca de la gracia de Dios el hecho de que concedió muchos años a los paganos para que abandonaran sus malas acciones? A su vez, ¿qué nos enseña eso acerca de los límites de su gracia hacia quienes se niegan a aceptarla?
Miercoles 27 de Agosto 2025
Ojo por ojo
Lee Mateo 5: 38 al 48. ¿Cómo interpretó Jesús el significado de la ley del talión? ¿Cómo deberíamos aplicarla hoy?
En el Sermón del Monte, Jesucristo citó textos del Antiguo Testamento con los que sus oyentes estaban sin duda familiarizados. Sin embargo, habló en contra de las interpretaciones rabínicas vigentes, que a lo largo de los siglos se habían alejado del propósito original de esas leyes citadas. Es decir, la tradición humana no solo ocultaba el propósito de la Palabra de Dios, sino que también en algunos casos (pensemos en las regulaciones rabínicas acerca del sábado y lo que ellas habían hecho con el cuarto Mandamiento) había pervertido su intención y significado. Con sus palabras, Jesús estaba restaurando el sentido original de esas leyes.
En el Monte de las Bienaventuranzas, Jesús trató de corregir algunas de esas interpretaciones erróneas señalando a sus oyentes la intención y el significado originales de los textos.
Éxodo 21: 24 («ojo por ojo, diente por diente») fue citado en Mateo 5: 38 y 39 («Ustedes oyeron que fue dicho... Pero yo les digo») y se refería a la ley del talión. Este versículo es también utilizado en otros lugares de la Biblia (Lev. 24: 20; Deut. 19: 21).
Esta ley fue formulada con la intención de evitar la venganza, de poner fin a las contiendas sangrientas y a las represalias sin una investigación previa. Los daños debían ser evaluados por jueces, y luego se establecía y pagaba una compensación monetaria adecuada. Esta práctica surgió para evitar que las personas tomaran la justicia en sus manos. Era necesario hacer justicia, pero en armonía con la Ley de Dios.
Jesucristo, quien promulgó estas leyes sociales por medio de Moisés, conocía el propósito de ellas, razón por la cual podía aplicarlas de manera objetiva, de acuerdo con su intención original. El motivo detrás de ellas era hacer justicia, propiciar la reconciliación y restaurar la paz.
Se podría argumentar que la justicia implica en cierto sentido una especie de venganza o vindicación. La correcta aplicación de estas leyes era un intento de encontrar el justo equilibrio entre la justicia y la vindicación.
¿Cómo puede la certeza de que Dios hará finalmente justicia ayudarnos a lidiar con las injusticias que vemos en el mundo?
Jueves 28 de Agosto 2025
Venganza
«No se venguen ustedes mismos, amados míos, antes den lugar a la ira de Dios. Porque escrito está: “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”» (Rom. 12: 19; ver también Deut. 32: 35).
¿Qué promesa y qué mandato se encuentran en los versículos recién citados, y cómo están estrechamente relacionados?
Hasta que el Señor traiga la justicia, que tanta falta hace, era el deber de los jueces en el antiguo Israel aplicar la ley y determinar un castigo justo cuando ocurría un daño o lesión. Pero primero necesitaban investigar los hechos. El problema era que los maestros de la Ley en la época de Cristo aplicaban esta ley de una manera que abría la puerta a la venganza personal. Al hacerlo, el principio fue sacado de su contexto, y se perdió el propósito inicial. En consecuencia, defendían lo que la Ley realmente prohibía.
Lee Mateo 6: 4 y 6; y 16: 27; Lucas 6: 23; y 2 Timoteo 4: 8. ¿Qué nos dicen estos textos acerca de cómo veía Jesús los principios relativos a la recompensa y el castigo?
Jesús no estaba en contra del principio de la recompensa y el castigo. La justicia es una cuestión de principios; es una parte crucial de la vida. Sin embargo, ningún individuo debe asumir el papel de juez, jurado y «verdugo». ¡Qué fácil sería para nosotros pervertir la justicia! No nos corresponde a nosotros reparar el daño. Si hay que reparar un mal, debe hacerlo un tribunal objetivo; es la labor de los jueces.
En este contexto, Jesús nos dice que seamos tan perfectos como nuestro «Padre celestial es perfecto» (Mat. 5: 48). ¿Cómo podemos ser tan perfectos como Dios mismo? El amor desinteresado es la característica primordial de Dios. Él enseña a sus seguidores a amar a sus enemigos y a orar por quienes los persiguen. La verdadera perfección consiste en amar, perdonar y ser misericordioso (Luc. 6: 36), incluso con quienes no lo merecen. Este principio, y las acciones a las que conduce, es lo que significa reflejar el carácter de Dios.
¿Qué formas prácticas podemos adoptar cada día para aprender a amar como se nos ha ordenado? ¿Por qué esto implica siempre la muerte al yo?
Viernes 29 de Agosto 2025
Para estudiar y meditar
Lee el capítulo titulado «La ley dada a Israel» en el libro Patriarcas y profetas, de Elena G. de White, pp. 275-286.
Puesto que vivimos en el territorio de nuestro Enemigo, no es de extrañar que podamos ser heridos por sus hábiles y engañosas artimañas. ¿Quién de nosotros no ha conocido el dolor y el sufrimiento provocados por el pecado y el mundo caído y pecaminoso en el que vivimos? Desgraciadamente, esto forma parte de la vida, pero Dios nos da poder para afrontarlo.
«Nuestro amado Salvador nos enviará ayuda en el momento mismo en que la necesitemos. El camino del cielo quedó consagrado por sus pisadas. Cada espina que hiere nuestros pies hirió también los suyos. Él cargó antes que nosotros la cruz que cada uno de nosotros ha de cargar. El Señor permite los conflictos a fin de preparar el alma para la paz. El tiempo de angustia es una prueba terrible para el pueblo de Dios; pero es el momento en que todo verdadero creyente debe mirar hacia arriba, a fin de que por la fe pueda ver el arco de la promesa que le envuelve» (Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 616).
Preguntas para dialogar:
Muchos se han sentido desconcertados durante siglos porque el Señor hizo que los paganos cananeos fueran expulsados de su tierra y a veces incluso exterminados. Es, sin duda, algo inquietante. Sin embargo, ¿cómo podemos entender que Dios mostró amor en esas acciones, y no solo justicia? Tal vez, la clave está en recordar que el amor de Dios también implica hacer justicia.
Medita en lo dicho por Jesús luego de hablar del amor a los demás, incluso a nuestros enemigos y a quienes nos odian: «Sean, pues, perfectos, como su Padre celestial es perfecto» (Mat. 5: 48). ¿Por qué enunciaría Jesús este requerimiento justo después de los anteriores? ¿Qué nos estaba diciendo aquí, no solo sobre lo que significa ser «perfectos», sino también acerca de serlo como «nuestro Padre que está en los cielos»?
El apóstol Pablo tenía una actitud positiva y edificante respecto de la Ley de Dios y sus funciones, pero se oponía al uso inadecuado de ella. ¿Qué significa su afirmación: «No están bajo la ley sino bajo la gracia» (Rom. 6: 14)? ¿De qué maneras podemos abusar de la Ley?
¿Cuál es la diferencia entre justicia y venganza? ¿Son conceptos completamente distintos o solo manifestaciones diferentes de la misma idea? ¿Cómo podemos saber si nuestro anhelo de justicia no es en realidad un deseo de venganza?
"Escuela Sabática adultos 2025, cuarto trimestre (octubre-diciembre). Estudio: Lecciones de Josué acerca de la fe, escrito por Barna Magyarosi."
Explora un recorrido temático por los eventos clave de la historia de Israel, desde las plagas de Egipto hasta la construcción del Tabernáculo, con el objetivo de extraer lecciones prácticas y espirituales aplicables a la vida del creyente de hoy. Este estudio bíblico en PDF y en línea busca mostrar cómo la historia de Israel sirve como advertencia e instrucción, permitiendo comprender y aplicar sus principios espirituales en nuestra vida cotidiana. Incluye una introducción y trece lecciones detalladas: desde la opresión y el nacimiento de Moisés, pasando por la zarza ardiente, las plagas, la Pascua, la apertura del Mar Rojo, hasta el Pan y el Agua de Vida, el pacto en el Sinaí, cómo vivir la Ley, la apostasía e intercesión, la petición de ver la gloria de Dios, y finalmente, la construcción del Tabernáculo. Cada lección está disponible en PDF y en línea, facilitando el estudio personal, grupal o en clases bíblicas. Aprovecha estos recursos gratuitos para profundizar en la historia bíblica, fortalecer tu fe y entender cómo los principios de Israel pueden guiar y transformar tu vida espiritual hoy.
Lección 3: Para el 18 de octubre de 2025
MONUMENTOS DE GRACIA
Sábado 11 de octubre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Josué 3; Números 14:44; Lucas 18:18–27;
Josué 4; Juan 14:26; Hebreos 4:8–11.
PARA MEMORIZAR:
“Porque el Señor su Dios secó el agua del Jordán ante ustedes, hasta que hubieron pasado; lo mismo que había hecho con el Mar Rojo, que secó ante nosotros
hasta que pasamos. Para que todos los pueblos de la tierra conozcan la poderosa mano del Señor, y para que ustedes reverencien al Señor su Dios todos los días” (Jos. 4:23, 24).
El policía hizo una señal y Juan tuvo que detenerse. El agente le pidió la licencia de conducir. En ese momento, Juan se dio cuenta de que había dejado
su billetera con la licencia en la oficina, y explicó lo sucedido. El oficial le preguntó cuál era su ocupación y Juan respondió que era profesor. Mientras el
agente le entregaba la multa, le dijo que no pensara en ella como una sanción.
“Es una matrícula”, le dijo. “Cuando alguien quiere aprender algo, se matricula. Esta es su matrícula para aprender a no olvidar la licencia cuando conduce.
Que tenga un buen día, profesor”. Como seres humanos, somos propensos a olvidar cosas que no tenemos
constantemente a la vista. Olvidamos contestar las llamadas telefónicas, responder los correos electrónicos, regar las plantas, enviar felicitaciones de cumpleaños, etc. Sin embargo, olvidar nuestras necesidades espirituales podría tener consecuencias más graves que simplemente recibir una multa, especialmente porque ellas tienen que ver con nuestro destino eterno. Analicemos el cruce del Jordán y veamos qué podemos aprender de esa
experiencia.
Domingo 12 de octubre
EL CRUCE DEL JORDÁN
Lee Josué 3:1-5 y Números 14:41-44. ¿Por qué Dios pidió a los israelitas que se prepararan especialmente para lo que estaba a punto de suceder?
Esta es la primera vez que se menciona el arca del pacto en el libro de Josué. Hasta este momento de la narración del Antiguo Testamento, el arca había
aparecido en el contexto del Santuario (Éxo. 40:21), en el viaje de Israel desde el Sinaí (Núm. 10:33-36) y en el intento fallido de iniciar la conquista de Canaán
(Núm. 14:44). Era el objeto más sagrado del Santuario israelita y contenía tres elementos, cada uno de los cuales expresaba la relación especial de Israel con
Dios: (1) Las tablas con los Diez Mandamientos, (2) la vara del sumo sacerdote Aarón y (3) una vasija que contenía maná (Éxo. 16:33; Heb. 9:4).
El arca y los preparativos para cruzar el Jordán recordaban a Israel que no iban a entrar en Canaán a su manera y cuando quisieran. La conquista solo
tendría éxito si seguían las indicaciones de Dios, y cuando él lo indicara. Dios, a quien se describe entronizado sobre los querubines que cubrían el arca del pacto (Éxo. 25:22; Núm. 7:89), y cuyos movimientos se identifican con los del arca, entra en Canaán delante de los israelitas como Aquel que dirige la conquista.
El término traducido como “santificar” (Jos. 3:5) o “consagrar” se refiere a un proceso de purificación similar al que seguían los sacerdotes antes de
comenzar su servicio en el Santuario (Éxo. 28:41; 29:1) y como el que realizó el pueblo de Israel antes de la revelación de Dios en el Sinaí (Éxo. 19:10, 14). Esta
consagración implicaba el abandono del pecado y la eliminación de todas las impurezas rituales. La misma orden aparece en Números 11:18 en relación con
un inminente milagro de Dios. Tal preparación se exigía también antes de librar una batalla (Deut. 23:14). Para que Dios pudiera luchar por Israel, ellos debían
mostrarle su lealtad y confiar en él como su Comandante.
El milagro de cruzar el Jordán iba a demostrar a los israelitas que se podía confiar en la promesa del Señor de expulsar a los cananeos de la tierra. Aquel
que podía asegurar el cruce en seco del Jordán también podía concederles el
don de la tierra. Dios no siempre divide el Jordán. Sus intervenciones no siempre son tan evidentes. ¿Cómo crees que podemos desarrollar la preparación espiritual para experimentar y discernir las intervenciones de Dios en nuestro favor?
Lunes 13 de octubre
EL DIOS DE LAS MARAVILLAS
Lee Josué 3:6-17. ¿Qué nos dice el milagroso cruce del Jordán acerca de la naturaleza del Dios a quien servimos? El cruce del Jordán es descrito en Josué 3:5 con la palabra hebrea nifla’ot, “maravillas”. Esta palabra suele referirse a los actos poderosos y sobrenaturales de Dios que demuestran su singularidad (Sal. 72:18; 86:10). Más tarde, los israelitas meditaron en estos actos y, como resultado, alabaron al Señor (Sal. 9:1) y lo proclamaron entre las naciones (Sal. 96:3). Las plagas de Egipto (Éxo. 3:20; Miq. 7:15), el cruce del Mar Rojo y la conducción de Dios en el desierto (Sal. 78:12-16) fueron relatados como tales prodigios.
Los escritores bíblicos sabían y atestiguaban que el Dios que creó el mundo nunca se vio limitado o constreñido por su creación. Nada es imposible (heb.
“demasiado maravilloso”) para él (Jer. 32:17). Su nombre y su naturaleza son maravillosos (Jue. 13:18), y él está más allá de nuestra comprensión.
A diferencia de los dioses de las demás naciones, que no pueden salvar (Sal. 96:5, Isa. 44:8), el Dios de la Biblia es un “Dios vivo” y activo, cuyos seguidores pueden confiar en él a la espera de sus intervenciones en favor de ellos.
El profeta Zacarías utilizó un término derivado de la misma raíz que nifla’ot cuando imaginó un futuro maravilloso para Israel tras el exilio babilónico. Vio
que Jerusalén sería totalmente reconstruida, que habría ancianos sentados en las calles de la ciudad y niños jugando en ella. A los aparentemente incrédulos
habitantes de la capital, que aún mostraba los signos de su destrucción, Zacarías declaró: “Así dice el Señor de los ejércitos: ‘Si en aquellos días esto parece muy difícil a los ojos del remanente de este pueblo, ¿será también muy difícil a mis ojos?’ —declara el Señor de los ejércitos. Así dice el Señor de los ejércitos: ‘He aquí, salvaré a mi pueblo de la tierra del oriente y de la tierra donde se pone el sol; y los traeré y habitarán en medio de Jerusalén; y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios en verdad y en justicia’ ” (Zac. 8:6-8, LBLA). Lee Lucas 18:18-27. ¿Cómo te anima la respuesta que Jesús dio a sus discípulos
sobre confiar en Dios cuando te encuentras ante lo que parece imposible?
Martes 14 de octubre
RECUERDA
Lee Josué 4. ¿Por qué Dios pidió a los israelitas que erigieran un monumento? El propósito de estas piedras era que sirvieran como “señal”. El término
hebreo así traducido (‘ot) está a menudo asociado con la palabra “maravilla” y puede referirse a actos milagrosos realizados por Dios (ver el estudio de ayer),
como las plagas de Egipto (Éxo. 7:3; Deut. 4:34). También puede significar “símbolo” como representación de una realidad más profunda o trascendente. Por
ejemplo, el arco iris es una “señal” del pacto (Gén. 9:12, 13); la sangre en los marcos de las puertas de las casas israelitas también es designada como una
“señal” (Éxo. 12:13); y, lo que es más significativo, el sábado es una “señal” de la Creación y de la presencia santificadora de Dios (Éxo. 31:13, 17; Eze. 20:12).
En el caso de las doce piedras, la señal funcionaría como un memorial que recordara a cada generación posterior el milagro de la travesía. El término traducido en el versículo 7 como “monumento conmemorativo” (zikkaron) procede de la palabra zakar, “recordar”, que denota algo más que el acto pasivo de rememorar algo. Implica un recuerdo acompañado de una acción apropiada (Deut. 5:15; 8:2). La construcción de monumentos conmemorativos de piedra (Gén. 28:18-22) y los rituales que suscitaban preguntas (Éxo. 12:26, 27; Deut. 6:20-25) eran habituales en el Antiguo Testamento. En lugar de repetir los milagros una y otra vez, Dios establece monumentos que evocan el recuerdo de sus grandes actos y suscitan respuestas significativas. Por ello, la señal debe permanecer allí “para siempre”, lo que implica la necesidad de preservar perpetuamente este milagro del Señor en la memoria colectiva de su pueblo.
La posible pregunta de las generaciones futuras es significativa porque se formula de forma personal: “¿Qué son estas piedras para ti?”. Cada nueva generación debía interiorizar y comprender personalmente el significado que estas piedras tenían para ella. La fe en un Dios hacedor de milagros solo puede mantenerse viva si cada generación redescubre el significado de los poderosos actos del Señor para sí misma. Tal fe marcará una diferencia importante entre vivir
fielmente las tradiciones basadas en la Biblia y el tradicionalismo –la religión muerta de las generaciones carentes del valor y el fervor originales–. En definitiva, tenemos que hacer nuestra la fe basada en la Biblia. Nadie, especialmente nuestros antepasados, puede creer por nosotros.
¿Qué memoriales de tu experiencia personal con el Señor te ayudan a recordar lo que él ha hecho por ti?
Miércoles 15 de octubre
OLVIDO
Lee Josué 4:20-24 a la luz de Jueces 3:7; 8:34; Salmo 78:11; Deuteronomio 8:2, 18 y Salmo 45:17. ¿Por qué era tan importante recordar las proezas del Señor?
Observa el cambio de pronombres personales en Josué 4:23. Se dice allí que las aguas del Jordán se habían secado ante “ustedes”, es decir, ante los israelitas
que acababan de cruzar el río. Sin embargo, el texto dice luego que el Mar Rojo se había secado ante “nosotros”, los integrantes de la primera generación que
aún estaban presentes y que habían sido testigos del Éxodo. Los dos acontecimientos, vividos por dos generaciones diferentes, tenían un significado similar.
Esto permitió a la segunda de estas generaciones redescubrir el significado del cruce del Jordán a través del testimonio de sus antecesores.
Percibimos generalmente el olvido como un rasgo normal de los seres humanos. Sin embargo, el olvido en el ámbito espiritual puede acarrear graves
consecuencias. Incluso hoy, si queremos preservar nuestra identidad como pueblo que posee una vocación y una misión peculiares, tendremos que idear maneras de refrescar nuestra memoria espiritual, tanto individual como corporativa, para no perder de vista nuestro origen, nuestra identidad y nuestra misión. Lee 1 Corintios 11:24, 25 y Juan 14:26. ¿Por qué debemos recordar siempre lo que Cristo hizo por nosotros? ¿Hay acaso algo más importante que eso?
Elena de White comprendió claramente que si no avanzamos de manera constante a la luz de los actos pasados de Dios y de su revelación, seguramente
perderemos la motivación para cumplir nuestra misión en el futuro. Ella escribió: “No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada” (Notas biográficas, p. 193).
Aunque es importante recordar el pasado y cómo el Señor ha obrado en tu vida, ¿por qué debes tener día a día una experiencia renovada con él y experimentar ahora la realidad de su amor y presencia?
Jueves 16 de octubre
MÁS ALLÁ DEL JORDÁN
“Convirtió el mar en tierra seca, por el río pasaron a pie. ¡Alegrémonos, pues, en él!” (Sal. 66:6). Tanto el cruce del Mar Rojo como el del Jordán señalan una nueva era en la historia bíblica, y ambos tienen un significado simbólico (ver Sal. 66:6; 114:1-7;
2 Rey. 2:6-15). Ya en el Antiguo Testamento hay textos que vinculan los dos acontecimientos y reconocen un significado que apunta más allá de los escenarios
originales. En el Salmo 66:6, el salmista celebra el acto redentor de Dios en su vida (Sal. 66:16-19) refiriéndose a los ejemplos históricos del cruce del Mar Rojo
y del Jordán.
El Salmo 114 también vincula ambos acontecimientos, no porque el autor no viera una diferencia cronológica entre ellos, sino por el significado teológico que
comparten las dos travesías. Así, se considera que los dos eventos contribuyen a un cambio en el estatus de Israel. Primero, de la esclavitud a la libertad. Luego, del nomadismo a la condición de nación. En estos Salmos, los ejemplos de las dos travesías ilustran el cambio de estatus del autor, que pasa de la opresión, la pobreza, el desamparo y la humillación a la seguridad, el bienestar, la salvación
y la dignidad.
En el contexto de un milagro similar al registrado en Josué, también junto al Jordán tuvo lugar la traslación de Elías. Para Elías, la travesía supuso el cambio de
estatus más significativo de su vida: su traslado al Cielo. Para Eliseo, el cambio también es importante, ya que el ayudante del profeta (1 Rey. 19:21) se convierte en el profeta de la nación (2 Rey. 2:22). Lee Mateo 3:16, 17 y Marcos 1:9. ¿De qué manera dan a entender estos escritores del Nuevo Testamento que el río Jordán tiene un significado simbólico y espiritual?
El ministerio terrenal de Jesús como Representante de Israel sigue el modelo de la historia del antiguo pueblo de Dios. Jesús pasa por las experiencias del
“Mar Rojo” y del “Jordán”. Es llamado a salir de Egipto tras un decreto de muerte (Mat. 2:14-16), pasa 40 días en el desierto (Mat. 4:2), similares a los 40 años del
antiguo Israel y, como transición de su vida privada a su ministerio público, es bautizado en el Jordán (Mat. 3:16, 17; Mar. 1:9).
Más adelante, Hebreos 3 y 4 reconoce el significado simbólico del cruce del Jordán y presenta la entrada en Canaán como prefiguración del “reposo de la
gracia” al que acceden los cristianos por medio de la fe.
Viernes 17 de octubre
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee las páginas 516-518 del capítulo “El cruce del Jordán” en el libro Patriarcas y profetas de Elena de White. “Estudiad cuidadosamente las vicisitudes de Israel durante su viaje a Canaán. Estudiad los capítulos tercero y cuarto de Josué, que registran la preparación de ellos para cruzar el Jordán, y el cruce de este río rumbo a la tierra prometida. Necesitamos mantener preparados el corazón y la mente, recordando las lecciones que el Señor enseñó a su pueblo de la antigüedad. En esta forma las enseñanzas de la Palabra de Dios siempre serán atrayentes e impresionantes”
(Comentarios de Elena de White, Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 2, p. 988).
“El Israel moderno se encuentra en mayor peligro de olvidar a Dios y de ser arrastrado a la idolatría que su pueblo antiguo. Hay muchos ídolos que se adoran,
aun entre los profesos guardadores del sábado. Dios le encargó a su pueblo en forma especial que se guardara de la idolatría, porque si eran desviados de su
servicio al Dios viviente, su maldición recaería sobre ellos, mientras que si lo amaban con todo su corazón, con toda su alma y con toda su fortaleza, los
bendeciría abundantemente en sus cestos y graneros, y quitaría la enfermedad de en medio de ellos” (Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 528).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Analiza en tu clase el cruce milagroso del Jordán. ¿Cómo definirías los milagros? ¿Por qué parece que Dios no realiza milagros similares
actualmente?
2. ¿Qué maneras prácticas de prevenir el olvido espiritual, tanto a nivel individual como colectivo, puedes sugerir en tu clase? Aunque es importante que tengamos una relación dinámica y continua con Dios, y que no construyamos toda nuestra experiencia cristiana sobre la base de poderosas experiencias pasadas, ¿cómo podemos seguir utilizando nuestras experiencias pasadas como recordatorios de la manera en que Dios ha obrado en nuestras vidas?
3. ¿Cómo puede el sábado ayudarnos a recordar las intervenciones de Dios en nuestra vida y, al mismo tiempo, darnos un anticipo del descanso
prometido en su reino?
4. ¿De qué manera señala el sábado no solo lo que debemos recordar, sino también lo que podemos esperar en el futuro?